Revelaciones sobre el más allá
Revelaciones sobre el más
allá
que se verá a continuación son ideas de gran relevancia en torno al
tema de la vida ultraterrena y la reencarnación. Las ideas que han sido
extraídas (a modo de síntesis) del libro “El cuerpo astral y otros fenómenos
celestes” de Arthur Powel, uno de los libros más serios, racionales y profundos
dentro de un campo en el que abundan las teorías superfluas y/o descabelladas.
La muerte y ‹‹el más
allá››
Ahora, esa destrucción del cuerpo astral no implica la destrucción
de todos los sentimientos y emociones, implica más bien un tipo de purificación
en que evidentemente los afectos elevados y libres de sujeciones e impurezas
permanecen en tanto que elementos favorecedores de la evolución espiritual.
En cuanto al tiempo en el mundo astral, aquel suele variar siendo en
promedio de20 a30 años, pero puede durar hasta siglos en ciertos casos
Volviendo al proceso del tránsito post-mortem, sucede que
inmediatamente después de la muerte el sujeto ve desfilar ante él todas las
escenas de la vida que abandona, pero no de cualquier forma sino de una manera
que implica la comprensión de las causas profundas asociadas a cada hecho
vital, de modo que así pueda lograr la conciencia que brota del autoconocimiento.
Cabe no obstante mencionar que tras la muerte la conciencia pasa del cuerpo
físico al etérico, donde en general permanece unas cuantas horas para luego
pasar al astral. Una vez que eso ha pasado tiene lugar un proceso
extremadamente importante, una bifurcación en la que la mayoría de personas
termina yendo por el peor camino. Ocurre pues que existen distintos subplanos
en el plano astral, siendo que cada subplano se diferencia del inmediato
superior en el hecho de que sus vibraciones energéticas son más bajas y menos
sutiles, espiritualmente menos elevadas, por así decirlo. Así, cada uno de esos
subplanos astrales representa tendencias, pulsiones y estados de conciencia. La
bifurcación entonces se da a partir de que el Elemental del Deseo intenta
redistribuir la materia astral en un conjunto de capas en que la más externa es
la de menor vibración, la más densa, la de peor naturaleza.
Si eso ocurre (si el Elemental del Deseo logra tal redistribución),
el sujeto experimentará el peor camino en la bifurcación anteriormente
mencionada, por lo que no tendrá una visión clara del mundo astral:
El que la redistribución
quede inoperante puede darse de dos formas:
1. En la primera el sujeto tiene conocimientos de la enseñanza sobre
las condiciones del plano astral y sobre lo que ocurre con respecto a la
redistribución y mantiene una firme determinación en contra del Elemental del
Deseo para que la redistribución no opere, consiguiendo así que las partículas
astrales se mantengan entremezcladas tal como estuvieron en vida y, de ese
modo, no se confina a un solo subplano sino que tiene conciencia y libertad de
todos los subplanos según sea la naturaleza de su cuerpo astral. Evidentemente
el Elemental intentará infundir en el individuo el temor en torno a evitar la
redistribución; mas, si el hombre tiene conocimiento de la claridad de visión y
de la libertad que conllevaría impedir la redistribución, lógicamente tratará
de hacer “oídos sordos” de dicho temor y persistirá en su resolución.
2. La redistribución ya se ha dado pero una o más personas vivas le
prestan ayuda al difunto y logran hacer un trabajo astral lo suficientemente
poderoso como para invertir la redistribución.
Llegados a este punto podemos preguntarnos: ¿cuáles son los diversos
subplanos astrales y en qué consiste cada uno? Los subplanos son siete y se
puede decir lo siguiente en torno a ellos:
Séptimo subplano: este subplano tiene al mundo físico como telón de fondo, aunque a
veces se lo ve parcialmente deformado y en sus zonas más densas ni siquiera se
ve nada porque todo es oscuridad; es, como nos dijo Arthur Powell, “como si uno
se abriera camino a través de un fluido viscoso negro”. Afortunadamente la
mayoría de la gente, después de la redistribución del cuerpo astral, pasa
inconsciente en todo el tiempo que está en éste subplano, razón por la cual no
sufre ya que no puede estar consciente pues en vida su conciencia no llegó a
estados tan bajos de la condición humana como los asociados a las vibraciones
de éste subplano. Es un lugar realmente terrible y sombrío, es el lugar que
mucha gente (mala) que ha estado a punto de morir y no ha muerto ha descrito
como el Infierno.
Allí permanecen mucho tiempo las almas de los asesinos, de los violadores, de los drogadictos impenitentes y borrachos consumados, de los ladrones y otras alimañas: allí pululan los rostros malditos de quienes en vida conformaron la escoria de la Humanidad… Para hacernos una idea de cómo es, veamos lo que cuatro mil años atrás escribió el Escriba Ani (quien deliberadamente lo visitó en viajes astrales): “¿Qué clase de lugar es éste al que he venido? No tiene agua, ni aire; es profundo y sin fondo; es negro como la noche más oscura; los hombres vagan sin rumbo; en él un hombre no puede vivir con el corazón tranquilo”.
Sexto subplano: la inmensa mayoría de los hombres permanece, aunque sea un tiempo
en este subplano de manera consciente. ¿Por qué? Pues porque este es el
subplano cuyas vibraciones, si bien ya no están asociadas a pulsiones malvadas
o viciosas como las del subplano anterior, sí están asociadas en esencia a
aquellas actitudes en virtud de las cuales los hombres concentran sus deseos y
pensamientos en cosas mundanas, materialistas, superficiales, vacías… Y claro:
casi toda la gente adolece de cierta superficialidad y mundanidad, por lo cual
casi todos pasan aquí, aunque sea un tiempo. Ahora, al igual que en el anterior,
aquí se percibe el mundo en el cual se existía en vida, aunque lo que se ve ya
no es ese mundo en sí mismo sino solo su duplicado o contraparte astral; mas, y
esto hay que aclararlo, ya no en una suerte de versión siniestra como sucedía
en el séptimo subplano. Arthur Powell nos dice que los habitantes de este
subplano suelen estar en los lugares donde habitaban o habitan aquellos con
quienes más estaban vinculados en sus vidas terrenas. Esto podría explicar
multitud de casos en los que la gente ha visto a los espíritus de sus
familiares fallecidos, lo cual es posible ya que este subplano muestra a la
perfección la superposición entre el mundo astral y el físico; pues, como
vemos, a un punto dado de la Tierra le corresponde un punto (superpuesto) de
este subplano.
Subplanos quinto y cuarto: Estos
subplanos también tienen por fondo al plano físico (al igual que los
anteriores), solo que en ellos las vibraciones se corresponden con actitudes
que ya no son mundanas o viles como en el sexto y séptimo subplano, siendo por
ello que sus habitantes se sienten más ligeros, menos densos, más alejados del
mundo de la materia y cercanos al mundo de la mente. Ahora, hay algo muy
importante que empieza a darse en estos dos subplanos con gran fuerza: la
entrada de la subjetividad y de la intersubjetividad en la construcción del
entorno. Lo que queremos decir es que quienes viven aquí (sobre todo en el
cuarto subplano) pueden modificar (consciente o inconscientemente) hasta cierto
punto su entorno de acuerdo con lo más persistente de sus contenidos mentales
(recuerdos, creencias, etc). Cabe decir que aquí la percepción de lo que sucede
en el mundo de los vivos es menor que en los planos anteriores…
Subplanos tercero, segundo y primero: En estos subplanos lo subjetivo y lo intersubjetivo
desplazan a lo objetivo. Aquí la distancia con el mundo físico se ha hecho tan
grande que se requiere de los médiums para comunicarse con los vivos, siendo
casi imposible dicha comunicación en el primer subplano; aquí ya no se ve nada
del mundo de los vivos y los lugares que uno ve pueden ser de los siguientes
tipos:
1) los creados por uno mismo,
2) los creados por otra persona particular,
3) los creados por un grupo humano, grupo que generalmente contiene
un conjunto de generaciones que durante siglos han mantenido creencias comunes
que se han plasmado en lugares estables dentro de estos subplanos. Un pintor
lloraría de felicidad al llegar a estos subplanos pues podría vivir en sus
propios cuadros y, si se encuentra con otro pintor, podría visitar los cuadros
del otro pintor…
En estos subplanos, sobre todo aquellos que han asimilado las
enseñanzas ocultistas relativas a la naturaleza del mundo astral, suelen
proporcionarse a su antojo el entorno en el que viven.
Así, si uno es un gran fan de The Legend of Zelda o Final Fantasy,
podría vivir voluntariamente en cualquiera de los paisajes de ambos juegos:
aunque claro, no tanto en los paisajes como realmente son sino como uno los
recordaría… Pero hay algo que cabe resaltar y es que los lugares construidos
por uno o pocos sujetos no tienen el mismo grado de estabilidad que los lugares
construidos por generaciones de seres humanos. Por ello, si llegas a estar allí
y recuerdas estas líneas, no te esperances mucho de dejar construido un lugar
para los otros que pueda ser usado un tiempo considerable luego de que tú hayas
dejado el mundo astral y pasado al mental. Y es que los únicos escenarios que sobreviven
al tiempo son, como ya dije, los construidos por grandes grupos humanos. Por
eso ocurrirá lo siguiente si se desconocen estas enseñanzas ocultistas y se es
un hombre de fe: el judío verá su Jerusalén Dorada y creerá que el judaísmo
estaba en lo cierto; el creyente del Islam verá palacios de oro y plata,
caballos de blancura inigualable y jardines deslumbrantes, y creerá que su
religión estaba cierta; etc.
En síntesis, toda persona de fe verá el cielo de su respectiva
religión en la medida en que la naturaleza de los planos astrales superiores lo
permitan. Pero hay algo muy importante que debemos tener en cuenta y es que
todo esto en gran parte es posible porque, como indican los espiritistas en eso
que llaman “Tierra de Verano”, la gente en los planos astrales tiende a
agruparse según características como el idioma, la nacionalidad y aún más el
credo: de allí que, si eres testigo de Jehová de habla hispana y te topas con
esos campos llenos de belleza y animales que conviven tranquilamente con la gente,
seguramente encontrarás personas que hablen español… Ahora, si alguien muere y
no tiene credo alguno o sabe de estas enseñanzas y en consecuencia de la
naturaleza en cierto modo artificial de los distintos paraísos, eso no impide
que pueda visitarlos…
Reencarnación
Como
todos saben, a la hora de elegir un nuevo cuerpo (que incluye un nuevo
cerebro…) el Ego tiene una carga kármika y arrastra los gérmenes y simientes de
su última vida (llamados “skandhas” por los budistas), los cuales habrán de
manifestarse en cualidades físicas, ideas abstractas, facultades mentales,
tendencias de la mente, etc. No obstante cabe resaltar que lo anterior no es
suficiente para determinar las características que tendrá el nuevo sujeto ya
que como en realidad comienza no es como estaba al morir en su anterior encarnación
sino como estaba al término de su vida en el plano mental luego de haber muerto
en su anterior encarnación…De allí que los gérmenes de su vida anterior solo
habrán de operar en la medida en que estuvieron presentes en el susodicho
último estado dentro del plano mental; además de que, por otra parte, el sujeto
bien pudo haber desarrollado ciertas cualidades en el plano mental y en los
astrales superiores que le precedieron, incorporando así elementos adquiridos
post mortem en su siguiente encarnación.
Una vez que la encarnación se ha consumado hay que advertir que las
tendencias con que se viene son más tendencias latentes que tendencias en pleno
funcionamiento. En cuanto a las facultades que tiene como producto del karma, o
bien puede desarrollarlas al punto de hacer que jueguen un papel mucho más
importante que en vidas anteriores, o bien puede ser que, en parte por el
entorno, las deje en un estado de latencia y quietud tal que acaben por
atrofiarse al punto de no volver a aparecer en la próxima encarnación… Así que
ya saben: tengan cuidado con no utilizar los talentos que tienen…
En cuanto a la belleza o fealdad con que se nace, A. Powell nos da
un dato curioso cuando dice que muchos rostros horribles (o incluso amorfos o
monstruosos) con rasgos animales son el producto kármico de que su portador
haya tenido demasiado exacerbado su lado instintivo o ciertas características
ligadas a la animalidad como, por ejemplo, el ser iracundo… Y no es un
disparate, sobre todo si tenemos en cuenta que las personas con caras
horriblemente fieras son por lo general violentas…
Finalmente, hay algo muy importante que debe decirse y es que tanto en A. Powell como en el libro de Urantia, la reencarnación no solo puede ir en vía ascendente (evolución) y lograr que el Ego deje de reencarnarse en la Tierra y continúe su ciclo evolutivo en mundos superiores sino que, y esto es de funesta gravedad, la reencarnación puede ir en vía descendente (involución) y culminar con la disolución del alma… ¿Cuándo sucede eso? Sucede cuando todo rastro de bondad y amor por las cosas sublimes (arte, ciencia, filosofía, espiritualidad, valores éticos universales, etc) ha desaparecido, cuando el sujeto ha perdido toda posibilidad de arrepentirse y cambiar su rumbo: cuando ha perdido lo necesario para que sea posible que lo salven o él mismo se salve…Siendo más técnico, podría explicarse la situación diciendo que lo anterior equivale a que el sujeto llega a un punto en el cual la parte divina del individuo ya no puede comunicarse con la mente consciente, lo cual implica que el llamado “hilo de plata” se ha roto y el alma se ha perdido…El que un ser humano (si se le puede llamar así a lo que queda después de aquello…) llegue a ese punto es nefasto porque no es que le llegará la muerte biológica y nos libraremos del malvado que ha perdido su alma; no. Cuando eso ocurra quedará de él una entidad astral capaz de reencarnar con cuerpo humano, una entidad astral formada de pura energía negativa a la cual se conoce como Elemental Humano. Afortunadamente ese Elemental Humano dejará de reencarnarse tras unas cuantas encarnaciones en las cuales se haya agotado por completo su energía. Cuando eso pase simplemente el Elemental Humano dejará de existir…fue muy amplio, llegando a estudiar a profundidad la obra completa de importantes ocultistas como Helena Blavatsky, Charles Webster Leadbeater y Annie Besant.
Aquí se puede acotar que el muerto conserva sus recuerdos y el mismo grado de inteligencia que tenía de vivo cuando estaba en la plenitud de sus facultades intelectuales (de modo que, si alguien con Alzheimer muere, al morir recobrará su lucidez); incluso conserva su personalidad y sus tendencias; pero, como se verá luego, irá depurándose de muchas de esas tendencias y de ciertos aspectos de su personalidad.
Una especie de entidad energética relativamente autofuncional ligada
a la naturaleza de las tendencias y deseos del sujeto y condicionada por dicha
naturaleza. Como todo elemental, el Elemental del Deseo tiende a una fusión con
el material, razón por la cual el Elemental del Deseo intenta, luego de la
muerte, hacer que el sujeto se apegue a sus deseos terrenos para de ese modo
sumergirlo en la materialidad ligada a lo más bajo del astral (donde imperan
las bajas pasiones típicas del materialismo del hombre: lujuria, avaricia,
apego a las posesiones, etc)
Diversas experiencias han demostrado que en realidad la comprensión
ocultista de este tipo de cuestiones tiene gran utilidad práctica en el más
allá, incluso si en vida se las tenía en cuenta como meras hipótesis de
probabilidad.
Esto explica que, en tantas experiencias de desdoblamiento astral entre
los vivos, el sujeto que viaja astralmente haya hablado de lugares muy
parecidos a lugares de la tierra, lugares que suelen ser como versiones
macabras o siniestras con ligeras alteraciones: esto, claro está, si hablamos
del séptimo subplano.
El Yo inmortal y divino que habita en el cuerpo causal (cuerpo sutil
que es el que guarda las experiencias de vida en vida en el proceso de
encarnaciones)
Este hilo de sustancia sutil conecta al sujeto con su alma
El Elemental Humano puede explicar la existencia de monstruos como
Gille de Rais que, desde niños, mostraron una incomprensible tendencia a la
maldad y una ausencia total de humanidad…
***
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Profesor Miguel Antonio Ojeda
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