EN LAS HUELLAS DIGITALES SE OCULTA SU PASADO


EN LAS HUELLAS DIGITALES SE OCULTA SU PASADO
Las vidas anteriores no sólo dejan marcas en el inconsciente, también observando nuestras huellas digitales podemos saber quiénes fuimos y qué nos sucedió en el pasado.


Hace casi cien años el argentino Juan Vucetich descu­bría que no exis­ten en el mundo dos huellas digitales iguales y sentaba, de ese modo, las bases de la dactiloscopia científica. Ahora, en el umbral del siglo XXI, sabemos que en la punta de nuestros dedos se es­conde no sólo esa suerte de código único que identifica a nuestra per­sona, sino también las claves para descubrir las alegrías y tristezas que hemos experimentado en el transcurso de nuestras vidas pasadas y las pautas que debe respetar cada in­dividuo para cumplir con el rol que tiene asignado en esta etapa de su evolu­ción espiritual.

Recientemente, uno de los más destacados espe­cialistas en esa novedosa técnica que permite son­dear encarnaciones ante­riores formuló una teoría, según la cual todo lo que ocurre en la vida de un in­dividuo puede inferirse del análisis de sus huella digi­tales. Efectivamente, el director del Instituto Interna­cional de Quiromancia, Richard Unger, hizo "re­gresar" mediante la hipno­sis a más de 40.000 indivi­duos entre los años 1969 y 1992. Todos ellos se ha­bían prestado, además, a la experiencia de brindar sus huellas dactilares para el estudio. Casi en el ciento por ciento de los casos el diagnóstico de estas últi­mas coincidió con las ex­periencias narradas en trance hipnótico por pa­cientes que evocaban, con lujo de detalles, los por­menores de sus vidas ante­riores.
Así, una señora de la ciudad de Indiana, Esta­dos Unidos, que fue so­metida a la experiencia, recibió la noticia, durante la lectura de sus huellas dactilares, de que en el transcurso de una vida an­terior había muerto asesi­nada por su marido cuan­do todavía no había cum­plido los 20 años. La mu­jer sonrió incrédula y casi jugando dejó que los in­vestigadores la analizaran mediante el trance hipnótico. Su sorpresa fue ma­yúscula cuando, al regre­sar al estado consciente, escuchó en el grabador su propia voz evocando mi­nuciosamente su muerte en manos de su esposo, un alemán de casi 40 años, comerciante y extremada­mente celoso, quien vivió a fines del siglo XIX. Los detalles que salieron a la luz en el curso de la se­sión de hipnosis coinci­dían completamente con la lectura previa de las huellas, lo que convirtió a la sorprendida mujer en una ferviente propagan­dista de la teoría de la reencarnación y del valor de este nuevo método, pa­ra sondear el pasado.

USTED TAMBIÉN PUEDE HACERLO

Una de las claves de es­ta dactilografía del tiempo pretérito, es que cualquier persona que cuenta con una lupa de gran aumento y buena luz, puede llegar a estudiar las huella digitales propias y ajenas. También hay que conocer -por su­puesto- lo que representan los diferentes dibujos, para lo cual ofrecemos a conti­nuación un detalle de los principales rasgos. Si se tiene en cuenta que se de­nomina "arco" a la serie de líneas paralelas hori­zontales con una joroba en el centro, las posibilidades son las siguientes:

• Arco en el dedo índice: Independientemente de sus condiciones personales en el presente, aunque en la actualidad usted sea un emprendedor nato y un ambicioso sin límites, en el pasado de su alma y en otra encarnación no fue más que un pusilánime, un temeroso de la vida. En síntesis, un sujeto que de­jaba pasar por alto las grandes oportunidades por el temor que el éxito le causaba. Este arco presen­taba un hombre quien, se­gún a través de hipnosis, se pudo establecer en el si­glo XVII había renuncia­do a un cargo en la Corte, debido a su miedo a tomar decisiones.

• Arco en el dedo medio: La culpa por hechos acae­cidos en vidas anteriores es el factor principal de la presencia de este rasgo dactilar. Este sentimiento no está necesariamente re­lacionado con episodios en los que el individuo ha­ya cometido un acto des­leal, sino que tiene que ver con una culpa analizada a la luz del moderno psicoa­nálisis, que muchas veces no es consecuencia de un episodio real. Se ha anali­zado y comentado el caso de una mujer de unos 30 años que vivía atormenta­da por un sentimiento de culpa cuyo origen desco­nocía. Al someterse al es­tudio de sus huellas, se arribó a la conclusión de que el arco en el dedo me­dio revelaba que era una sobreviviente de la trage­dia del Titanic, muerta de neumonía semanas más tarde, que había perdido a toda su familia en el nau­fragio. La culpa que la agobió en los días poste­riores a la tragedia sobrevi­vió a su desaparición física y se reencarnó en la mujer sufriente de nuestros días.

• Arco en el dedo anular: Revela que fue rechazado por sus contemporáneos especialmente por los seres que amaba en el trans­curso de una vida anterior. Dichas huella determinan que, en el presente, quie­nes poseen un arco en el dedo anular se resistían a participar en actos comu­nitarios y a tomar partido en situaciones claves. Una francesa de 60 años, quien en sesiones de hipnotismo descubrió que había sido una de las tantas brujas quemadas en Salem du­rante los famosos proce­sos, presentaba el arco en su dedo anular como mu­do testigo de ese pasado de discriminación y dolor.

• Arco en el dedo meñi­que: Una experiencia muy penosa en el terreno del amor sale a la luz por me­dio del análisis de esta ca­racterística dactilar. La­mentablemente es uno de los problemas que se trans­miten de encarnación en encarnación, a menos que se encare una terapia para detener este arrastre. Tal es el caso de un muchacho norteamericano -tímido hasta la neurosis e incapaz de establecer cualquier ti­po de relación con una chica- quien descubrió por sus huellas que un amor no correspondido en otra vida lo inhabilitaba en la actual. A través de psicoanálisis y técnicas de hipnosis, el jo­ven resolvió su problema del pasado y logró conver­tirse, en poco tiempo, en una suerte de play boy.

• Diez arcos: Este rasgo de sus huellas revela, co­mo ningún otro dato, que usted, en vidas pasadas, fue una persona extrema­damente honesta e incapaz de jugarle una mala pasada a nadie.

LOS LAZOS Y LOS REMOLINOS

Además de los arcos, las huellas digitales presen­tan lazos y remolinos que tienen también un sig­nificado en el examen del pasado. El lazo -una joroba pequeña inclinada hacia un lado similar a un arco estirado hacia afuera- no significa gran cosa cuando se observa en un solo dedo. En cambio, cuando aparece en todos, revela que, en vidas pasadas usted fue una persona sin suerte en el amor y solitaria a pesar suyo.
En lo que hace a los remolinos –espiral o serie de círculos dentro de otros círculos- también significan distintas cosas, según el dedo en el que se encuentran.

Veamos:
Remolino en el dedo índice: usted fue un líder, un militar exitoso, un rey o emperador, en síntesis: una persona que tuvo a su cargo la misión de conducir a sus contemporáneos.

Remolino en el dedo medio: esta característica es común en todas aquellas personas que en otras vidas se dedicaron a labores intelectuales y cuyas opiniones tuvieron influencia sobre la de sus contemporáneos.

Remolino en el dedo anular: quienes ostentan este rasgo dactilar deben saber que en el pasado fueron actores o autores teatrales. Un anciano de Barranquilla, Colombia, quien se sometió al diagnostico por hipnosis, descubrió que en pasado había sido actor del legendario Teatro Francés. Analizando sus huellas, se encontró el remolino en el dedo anular, que revelaba de manera inobjetable su vida anterior.

Remolino en el dedo meñique: médicos, brujos o curanderos del pasado han reencarnado en los sujetos que exhiben esta característica en sus huellas digitales.

Diez remolinos: la persona que en el pasado han sido seres de excepción manifiestan este rasgo fundamental. Suele tratarse de seres que, por lo general, tienden a conservar su don a través de sucesivas reencarnaciones.

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