COMO DETECTAR UN FANTASMA Y APROVECHAR SU ENERGIA



COMO DETECTAR UN FANTASMA Y APROVECHAR SU ENERGIA




Seres provenientes de una dimensión ignorada, los fantasmas poseen energías capaces de alterar el orden natural de las cosas de este mundo. Sepa como reconocerlos y utilizar sus vibraciones positivas, neutralizando la negatividad.

De todos los fenómenos re­lacionados con el dominio del más allá, el de los fan­tasmas es el más popular. Caricaturizados hasta el cansancio por el cine (in­cluyendo los dibujos animados) y la literatura, estos seres suelen represen­tarse ataviados con una sábana blanca y haciendo sonar molestas cadenas. Sin embargo la historia es bien dis­tinta, como lo han demostrado pa­cientes investigadores desde media­dos del siglo pasado.

Usted mismo, alguna vez, habrá sentido que una presencia -o la intui­ción de una presencia- lo llevaba a mirar hacia un sitio en particular. Lo más seguro es que, en la mayoría de los casos, no haya visto nada, aunque la sensación de extrañeza e inquietud haya permanecido durante un buen rato. Si en ese momento usted se en­contraba atravesando un período de crisis -ya sea por una muerte cercana o por motivos menos claros- lo más seguro es que haya observado una fi­gura etérea, como una luz blanquecina o azulada según los casos. Esto, si usted es una persona común, que no ha tenido anteriormente manifesta­ciones que puedan calificarla de "sensible" o "mediúmnica".

En el caso de que usted sí tenga poderes para percibir gentes y cosas de otra dimensión, habrá observado con mayor claridad la figura del es­pectro y podrá, incluso, distinguir sus rasgos. Existe una tendencia a creer que los fantasmas son personas muertas que han estado vinculadas afectivamente con quienes ven las apariciones. Esto parece ser cierto hasta cierto punto, ya que también se conocen casos de espectros llegados de otros tiempos y otras latitudes que nada han tenido que ver con los "sen­sibles" que han tenido la suerte de contactarse con ellos.

Otra teoría, que parece tener más asidero en la realidad, es la que su­braya que los fantasmas son personas llegadas desde la dimensión en donde moran los muertos, que hacen su aparición entre los vivos por estar atados a objetos -que pueden ir desde un ceni­cero hasta una casa- pues han tenido una muerte violenta que les impidió realizar en paz todos los pasos del tránsito de un estado a otro.

Teorías hay a montones, sin embar­go, sólo sabemos a ciencia cierta que los fantasmas se hacen visibles con el mismo aspecto que tenían en el mo­mento de la muerte o bien adoptando la figura de individuos más jóvenes. Según lo que se ha podido comprobar, la mayoría de las apariciones no tienen un fin premeditado, aunque en deter­minadas ocasiones se presentan para proteger a un familiar enfermo o con el objeto de acompañar a alguien que va a exhalar su último suspiro.

No obstante, sea su aparición benéfi­ca o tenga por fin el llamar la atención con maldades, los espectros tienen una energía que altera el orden natural de las cosas vivas e introduce modificaciones que no siempre son positivas para los que aún habitamos en esta di­mensión.

ENERGÍAS DEL MAS ALLÁ

Todos los que han estudiado el fenó­meno de los fantasmas coinciden en afirmar que hay ciertos lugares propi­cios para las apariciones. En esos si­tios donde se produce eso que los parapsicólogos llaman "polstergeist", que no son otra cosa que puertas y ventanas que se abren y cierran sin in­tervención humana, objetos que se desplazan solos, tazas y vajillas que vuelan desde los estantes para estre­llarse en las paredes, gemidos y murmullos llegados desde otra dimensión, cantos y voces que se mezclan entre sí y provienen del cajón de una cómoda o de una lámpara.
En esos lugares, munidos de sofisti­cados aparatos, los cazadores de fan­tasmas experimentan vivencias que no pueden experimentar en otros sitios donde los fantasmas aparecen en for­ma más tenue y menos aparatosa.
Sin embargo, en las casas -en todas ellas, si hemos de creer a los espiritis­tas que sostienen que cada una tiene sus espíritus- donde aparente­mente no pasa nada es donde se pue­den realizar verdaderas experiencias con los fantasmas. Las señales lumi­nosas o manifestaciones acústicas que tienen lugar en esas casas, provocadas por espíritus solitarios o melancólicos que no buscan causar problemas sino expresarse en busca de ayuda, pueden ser de gran utilidad para la persona con dotes psíquicas que tendrá a su cargo los conjuros. Son esos "mé­diums" los que podrán decodificar la información que flota en los ambien­tes de la casa o que permanece adheri­da a determinados objetos.

Esa energía del más allá, esa pre­sencia fantasmal que es la última for­ma visible de un ser que se resiste o no puede abandonar este plano de la realidad, puede ser neutralizada de di­versas formas. Y en todo caso ayudar a ese fantasma a pasar a los planos di­mensionales en los que debe morar, no sin antes haber aprovechado su energía para obtener, incluso, una pro­tección sobre el lugar antes encantado.

Hay que tener en cuenta que, antes de iniciar los trabajos para capturar un espectro y aprovechar su energía, la persona que tenga a su cargo la direc­ción de la tarea debe constatar que ninguno de sus ayudantes esté atrave­sando un momento crítico, ya que esto puede volverse en contra de los caza-fantasmas.

La paciencia, el tesón, la inteligen­cia, son virtudes de suma utilidad en estas labores. No hay que olvidar que un espectro no aparece cuando los cazadores quieren, sino cuando aquél está dispuesto a manifestarse. Por esa razón la impaciencia es una muy ma­la aliada, lo mismo que la credulidad absoluta. Efectivamente, si una per­sona está dispuesta a encontrar un fantasma a cualquier precio, estará condenada a confundir una entidad del más allá con una corriente de ai­re, con un ratón o con los pasos de un compañero de tareas sobre la ma­dera vieja de la casa.

PREPARAR EL ESCENARIO

Es imprescindible, antes de abocar­se a capturar al fantasma, estudiar minuciosamente las características del lu­gar. En primer lugar se revisarán todos los rincones y los huecos que puedan existir en el lugar, con el objeto de te­ner seleccionados los ruidos ajenos a la entidad de la otra dimensión. De la misma forma se medirán los espesores de las paredes, de las puertas, de los espejos, de los armarios y se anularán aquellos pasajes subterráneos por don­de puedan filtrarse corrientes de aire. Cuando estas medidas permitan trazar un plano de la casa ya revisada, los cazafantasmas se asegurarán de que en los recintos a examinar no permanezca nadie que no pertenezca al equipo de especialistas. Únicamente si alguna persona sensible cree conveniente que alguien en particular se quede en el lu­gar, se podrá transgredir esta regla. Cabe aclarar que en la caza del fantas­ma no necesariamente deben intervenir expertos profesionales, siempre que las personas encargadas de la tarea estén seguras de tener los conocimientos pertinentes para llevarla a cabo exito­samente.

Siguiendo con estas explicaciones, no harán falta tampoco los costosos e insólitos instrumentos con los que cuentan los cazafantasmas profesiona­les. Es cierto que de tenerlos serán de mucha ayuda, pero en caso de no ser así se pueden utilizar herramientas ca­seras de fácil diseño. Señalaremos las características de algunas de ellas, a los efectos de que el cazafantasmas amateur reúna un equipo elemental.

ALGUNAS HERRAMIENTAS CASERAS

En primer lugar, todo cazafantasmas no profesional debe contar con una cá­mara fotográfica instantánea o digital, que reemplazará a los costosos aparatos de video y sensores electrónicos que tie­nen los expertos profesionales. Con ella, los cazadores se mantendrán a la espera del espectro y le tomarán la ma­yor cantidad de placas que resulte po­sible. De esa forma se sabrá qué tipo de entidad del más allá es la que habita la casa y qué características tiene.

Acto seguido, siempre aprovechan­do la primera aparición, los investiga­dores tratarán de establecer un contacto con el espectro utilizando un graba­dor. La mayoría de los fantasmas, se­gún lo prueban las múltiples experien­cias realizadas, tiene una particular in­clinación a "dialogar" con los seres vi­vos una vez que se ha establecido un contacto de tipo racional. Es decir, cuando los que habitamos este mundo perdemos el miedo ante la inquietante presencia del espectro, éstos se mues­tran mucho más amigables que en sus primeras apariciones. Esto se refiere, obviamente, a los fantasmas que no se encuentran guiados por malos senti­mientos o rencores hacia los que per­manecemos en este plano de la reali­dad. En el caso de que así fuere, todo contacto con estas entidades estará presidida por actitudes agresivas y da­ñinas para los seres vivos, que deberán recurrir a una labor psíquica mucho más profunda y por un mayor lapso.

Durante el contacto con el ser fan­tasmal, los cazafantasmas tratarán de saber quién fue en vida, si fue familiar de los habitantes de la casa, si murió por causas violentas, si llega desde un tiempo remoto o es una entidad con­temporánea, etc. Estos datos serán de suma utilidad, ya que en caso de tra­tarse de un familiar o una persona ligada afectivamente a los dueños de casa, la forma de tratarlo será distinta, apelando a ese antiguo cariño aún no apagado.

Llegado a este punto, la labor recaerá en la persona que haya estado más liga­da afectivamente al muerto que retorna en forma de espectro. Ella sabe alentar­lo a seguir con el orden natural y partir en busca de la luz de Dios. Las palabras deberán ser pronunciadas con ternura, sin ningún atisbo de orden. Por lo gene­ral, los espectros se ven liberados muy fácilmente tras conversar con un ser querido y parten hacia su destino ulte­rior más reconfortados. En estos casos no hay que realizar ninguna actividad extra para aprovechar su energía, ya que ellos dejan un aura de protección sobre la casa y sus habitantes que suele tener efectos sumamente efectivos. Si ello ocurriera, jamás debe precederse a limpiar la casa con exorcismos de nin­gún tipo, ya que las vibraciones del es­pectro servirán para neutralizar cual­quier influencia negativa.

EL MÉTODO DE ALADINO

Para aquellos espectros que, por no estar vinculados afectivamente con los habitantes de una casa, no se muestran dóciles para marcharse a los parajes de donde provienen, existen diferentes métodos para exorcizarlos. Los hay múltiples y muy variados en los labora­torios de los cazafantasmas profesiona­les, pero aquí nos referiremos única­mente a los que pueden aprovechar los investigadores amateurs. Uno de ellos, tal vez el más eficaz, consiste en ence­rrar en una botella el fluido fantasmal, luego de haberlo seducido con enga­ños. Se puede hacer en forma casera, es cierto, pero también tiene sus secretos. Hasta la etapa del conjuro de la co­municación oral, para estos fantasmas sirve todo lo dicho con anterioridad. Es recién allí cuando el método se modifica, ya que habrá que contar con un espíritu muy especial para hacer frente al fantasma que se resistirá a ser capturado. Las invocaciones con­juntas, el trabajo psíquico colectivo orientado en la misma dirección será de suma utilidad. Debe tenerse en cuenta que el espectro, sobre todo si se trata de un espíritu cruel o burlón, tiene una potencia psíquica que no se conoce en el planeta que habitamos. Solamente varias personas de buenas intenciones, limpias de alma y con una preparación física que incluye dietas en la semana previa y ayuno en la jornada en cuestión, podrán con la energía negativa que desprende el espectro. Todos juntos, repitiendo en voz alta desde el fondo de la concien­cia, "no perteneces a este mundo, re­torna al tuyo a través de esta salida" y mostrando al fantasma el pico de la botella, pueden acabar de una vez y para siempre con las penurias de rui­dos molestos y platos rotos. Cuenta la tradición que existen en miles de lu­gares botellas con fantasmas encade­nados que, gracias a la promesa de una liberación merced a un buen com­portamiento, prodigan una energía positiva a la casa en donde son escon­didos celosamente. Sin embargo, es menester saber que los cazafantasmas jamás guardan un espectro bajo nin­gún punto de vista, ya que saben que si se libera se puede potenciar su po­der destructor. Hay que tener en cuen­ta, además, que un fantasma encade­nado viola el orden natural y por lo tanto -tarde o temprano- las cosas se pueden poner en contra nuestra. Estas indicaciones son para aquellos que re­suelvan, a pesar de lo dicho, aprove­char la energía espectral por medio de engaños.

Si el cazador es un alma caritativa, puede ir a cualquier lugar sagrado cer­cano a su casa -por ejemplo, un templo de cualquier credo- y orar por la salva­ción del espectro. Las muchas botellas que se encuentran en los atrios de las iglesias prueban que hay más espíritus caritativos que interesados. De este modo, el fantasma liberará su energía positiva como si lo ligara un antiguo afecto con quienes antes lo padecieron.

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