APRENDER A CURAR CON LAS MANOS

No se trata de magia ni de hechicería, sino de un serio método que requiere estudio y práctica constantes. En este escrito usted encontrará las claves de un arte que lo ayudará a sanarse a sí mismo y a los demás.
La curación por imposición de manos a llegado a nosotros a través de varias fuentes que sobrevivieron a los avatares históricos y los intentos por menospreciarla. Ya se hablaba de ésta técnica en relatos americanos que las describen como método curativo por excelencia de los chamanes (médicos-brujos de las tribus), por ejemplo. Pero tal ves la referencia más importante se encuentra en la Biblia, ya que en el Nuevo Testamento se hace alusión al poder de Jesús, que curaba a través de la energía de sus manos. Para comprender mejor de qué se trata este sistema curativo debemos tener presente el siguiente concepto de salud: salud es armonía, equilibrio y estabilidad entre los distintos cuerpos del ser humano: físico, mental y espiritual. Por lo tanto, la enfermedad es indicadora de un desequilibrio producido por un bloqueo en alguna área de los distintos campos bioenergéticos que integran nuestros tres cuerpos. Cuando hablamos de sanación, entendemos que se trata de restituir el equilibrio armónico de las partes mediante un desbloqueo.
Nuestra tarea debe ser restaura el libre fluir de la energía en los tres niveles que acabamos de mencionar. Pero cuando emprendemos una tarea curativa, es importante considerar nuestras limitaciones, ya que no somos tan poderosos como para revertir una enfermedad: simplemente trataremos de abrir nuestro corazón para ser canales de una fuerza superior que actúen a través de nuestras manos.
Además, debemos tener en cuenta que convertirse en un verdadero sanador no es un trabajo fácil, sino todo lo contrario, tal como afirma Bárbara Ann Brennan en su maravilloso libro "Manos que curan". La autora, dueña de una elevada percepción sensorial innata, estudió durante largo años en la universidad y fuera de ella para alcanzar un nivel extraordinario en la práctica del arte de curar con las manos. En la obra mencionada, Brennan presenta al lector las claves para acceder a la autocuración y luego poder curar a otros, lo cual implica en primer término "transformarse en sí mismo".

LOS PRIMEROS PASOS
En estas páginas no se puede pretender formar curadores profesionales, los cual, por otra parte es imposible sin el apoyo y la enseñanza de un avezado sanador. Lo que se quiere lograr es un acercamiento del alumno al conocimiento de la curación por acción de las manos para que pueda utilizar las claves de esta prácticas para sí mismo y sus seres queridos. Para ello debemos emprender un interesante camino, algunas de cuyas claves Bárbara Ann Brennan nos expone en su libro. Los puntos a seguir son:

a. Conocimiento del campo energético humano.

b- El proceso de la enfermedad.

c- Desarrollo y mejoramiento de la sensibilidad.

d- Cómo iniciarse en la curación.

e- Aplicación de la técnica.

QUE ES EL CAMPO ENERGETICO HUMANO
El campo energético humano (CEH) es la energía que rodea nuestro cuerpo y está compuesto por capas de vibraciones diversas. Para aprender a curar con las manos, primero debemos aprender a reconocer el CEH o aura humana, cada una de cuyas capas se relaciona con uno de los 7 chakras mayores o centros de energía del cuerpo. Así, la primera capa y el primer chakra se relacionan con las sensaciones físicas (chakra base); los segundos, con la emotividad (chakra sacro); los terceros,
con el plano mental (chakra del plexo solar). Luego, el chakra del corazón y su correspondiente capa de CEH, se relacionan con la posibilidad de amar. El quinto chakra (garganta) y el quinto nivel del CEH están asociados a la voluntad divina, mientras que el sexto chakra (el de la frente) y sexto nivel se encuentran ligados al amor celestial, es decir, un amor superior al amor humano. Por último el séptimo chakra y la capa que le corresponde, guardan estrecha relación con el conocimiento superior y la elevación espiritual. Como los chakras son centros de máxima energía, sin uno de ellos se desequilibra, el resultado consecuente es una determinada enfermedad, la que será más grave cuanto mayor sea la desarmonización.

EL PROCESO DE LA ENFERMEDAD
Como ya hemos expuesto, la enfermedad es un desequilibrio que se presenta cuando una persona se olvida de sí misma. Al olvidarse de sí misma, aparecen en ella pensamientos y acciones que los hacen caer en el estado de enfermedad.
En un sistema sano, los chakras -que en el ser humano adulto están recubiertos por una pantalla de protección- giran de manera rítmica tomando energía del CEH para enviarla hacia el interior de la persona a fin de que el cuerpo pueda usarla.
Los chakras parecen conos de forma espiralada y, por ello cuando la persona no está sana, los espirales no giran rítmicamente, por lo que puede decirse que no están sintonizados. Habitualmente, puede verse que estos chakras presentan alteraciones en su configuración, alteraciones que se relacionan con una determinada disfunción o enfermedad del cuerpo físico en el área correspondiente a este chakra. Brennan dice que "cada torbellino de un chakra aporta energía a un órgano específico". Por ejemplo, si se produce una alteración en el pancrea podrá observarse un problema en un torbellino ubicado en el área izquierda del chakra del plexo solar; si, en cambio, la alteración es hepática, el problema se observará en el torbellino derecho del chakra del plexo solar.

DESARROLLO Y MEJORAMIENTO DE LA SENSIBILIDAD
En realidad, todos tenemos dentro esta capacidad para ser canales curativos, pues no se trata de magia. Esto quiere decir, además, que se necesita práctica y paciencia para comenzar a sentir con las manos de una nueva forma. En principio, antes de empezar con los ejercicios, concédase una semana desgracia para conectarse con sus manos: obsérvelas desde distintos ángulos, preste atención a sus movimientos y a las diferencias que existen entre la mano derecha y la mano izquierda.
Sienta sus temperaturas, las distintas formas en que pueden tocarse una a la otra, permítales gestualizar y tener personalidad propia. Descubrirá muchas cosas que ni siquiera había pensado. A medida que pasan los días, vaya anotando sus experiencias en un papel y verifique sus progresos. Si percibe dentro de usted que necesita más tiempo para estar con sus manos, déselos.

Ejercicio No 1
Siéntese a solas en una habitación. Observe todo su entorno y elija un objeto. No lo tome mírelo con atención: vea su forma, sus materiales, su color y su relieve. Imagine como sería tocarlo; sienta en sus manos como es su textura parte por parte, pero sin tocar el objeto. Ahora, trate de sentir
su temperatura. Cierre los ojos y trate de reconstruir el objeto a través de las sensaciones táctiles observadas. Repita este ejercicio durante varios días, hasta que le salga sin esfuerzo. Luego, repítalo cambiando de objeto. Este ejercicio tiene como meta recuperar la sensibilidad de las manos activando un chakra que se encuentra situado precisamente en las palmas. Este centro energético rige la sanación y la transmisión de energía. A través del corazón coordina el poder curativo y alquímico de las manos.

Ejercicio No 2
Para este ejercicio, debe contar con la colaboración de un amigo de confianza que, además, sea dueño de una gran paciencia. Se trata de percibir las temperaturas corporales, tarea que no es fácil, pero con la práctica constante se puede lograr.
Pídale a su amigo que se recueste y que cierre los ojos. Usted haga tres respiraciones profundas y frótese las manos durante un par de minutos para generar un campo energético. Aproxime sus manos a los pies de su amigo. No lo toque, manténgalas a diez centímetros de distancia, aproximadamente. Intente seguir la temperatura: si le da una sensación de tibieza, de frío o de calor. Ahora deje una de sus manos y concéntrese en la otra. Fíjese en su percepción. Proceda de la misma forma acercando la mano que había alejado y viceversa. Continúe recorriendo el resto del cuerpo hasta llegar a la cabeza. Anote todo lo que percibió. No se sienta frustrado si en el primer intento no logra percibir nada. A menos que usted tenga un talento natural para curar, esta técnica requiere bastante dedicación.
No se apresure a sacar conclusiones durante sus primeras experiencias. No es aconsejable deducir enfermedades hasta que no se tenga la certeza. Tampoco es el objetivo de esta técnica reemplazar al médico. Cuando la temperatura del cuerpo del paciente es uniforme u ondulante, pero siempre pareja, el cuerpo está sano. Cuando hay saltos térmicos abruptos, se puede sospechar una disfunción. En este caso, pídale a su amigo (o a quien esté estudiando) que consulte con un médico para que lo diagnostique y le de un tratamiento. Cuando usted haya adquirido la práctica necesaria, podrá ayudarlo para que se cure más rápido.


COMO INICIARSE EN LA CURACION
Para aprender a manejar el fluido de nuestro campo energético realizaremos el siguiente ejercicio:

* Coloque las manos palma con palma con una separación de entre 5 y 12 centímetros. Muévalas lentamente reduciendo y ampliando esa distancia.

* Ahora se trata de inventar algo que se encuentra entre las manos. ¿Cómo se siente? ¿Qué es lo que existe entre sus manos.

* Separe más ambas palmas, hasta que haya de 20 a 25 centímetros entre ellas y vaya acercándolas de a poco hasta que sienta que una fuerza desconocida se opone entre ambas y no les permite tocarse. Se trata de un campo energético.

* Repita el ejercicio varias veces hasta estar seguro de lo que siente.
Para curar con las manos, es imprescindible generar dos tipos básicos de energías de un modo sencillo, podemos definirlas como "fría" y "caliente". Puede hacerlo mediante las siguientes visualizaciones que deberá practicar alternativamente:

A. Cierre los ojos y respire profundamente hasta relajarse. Imagine que tiene adelante de usted una palangana de agua tibia. Sumerja en ella las manos y sienta la tibieza del agua. Poco a poco, perciba como el agua se va calentado cada vez más y sus manos con ella. Mantenga la sensación unos minutos y abra los ojos.

B. Cierre los ojos y relájese. Imagine que tiene delante de usted un balde lleno de cubitos de hielo. Introduzca las manos en él hasta sentirlas tan frías que se insensibilizan. Mantenga la sensación unos minutos y abra los ojos.

APLICACION DE LA TECNICA
En primer lugar, antes de realizar cualquier tarea curativa, debe pedir permiso a Dios, o a la Conciencia Cósmica, o como usted quiera llamar a la Fuerza Creadora Universal. No se olvide de que en estos trabajos, el ego debe ser eliminado. Dese unos minutos para rezar en silencio y a solas: pida que a sus manos llegue la energía que la persona necesita y que usted pueda ser transparente para recibirla.


* Primer paso: Limpieza del aura. Pídale a la persona que va a curar que se ponga de pie delante de usted. Cierre los ojos y concéntrese en sus manos. Sienta calor en ellas. Haga una cruz en la oreja izquierda de la persona, pidiendo que sea bendecida. Haga otra cruz en su oreja derecha (la del sujeto). Coloque las manos a 10 centímetros por encima de la cabeza (el chakra coronario) y comience a barrer mentalmente el cuerpo energético astral, recorriéndolo con sus manos. Cuando llegue a los pies descárguese haciendo chasquear tres veces sus dedos. Repita tres veces esta operación.

* Segundo paso: Reconocimiento energético. Seguramente usted ya conoce el diagnóstico de la persona y cuál es el órgano afectado. Por lo tanto, esta etapa ya es curativa, pues comienza a armonizar la energía corporal. Pídale a la persona que se recueste. Comience a recorrer el cuerpo con sus manos, sintiendo las diferentes temperaturas. Deténgase donde perciba cambios brusco: si en algún lugar siente frío, practique el ejercicio del agua caliente, y si es demasiado el calor, congele la zona con la energía fría. Transmita su energía durante todo el tiempo que pueda, pero no se esfuerce. En todo caso, pídale a la persona que vuelva al día siguiente para continuar con la sanación.

* Tercer paso: Proyección de colores. Una vez que haya dominado la transmisión de temperaturas, puede añadir esta técnica a sus curaciones. La misma consiste en cerrar los ojos e inundar sus manos de un tono determinado (el color que rige la zona afectada). De este modo, cuando imponga sus manos, también estará impregnando el cuerpo con el color faltante que lo podrá revitalizar.

Dominar este procedimiento no es tarea sencilla y la prueba es que los grandes sanadores se basan en ella para obtener resultados casi milagrosos. Los colores que se utilizan para curar son:

* Rojo: Para la circulación, la depresión, la infertilidad, problema en la menstruación y anemia.

* Naranja: Pulmones, tos, agotamiento, estabilización de las emociones, aparato digestivo, reumatismo, epilepsia, riñones.

* Amarillo: Estimulación general, revitalización, euforia, fobias, estreñimiento, agotamiento.

* Verde: Problemas nerviosos, úlceras, problemas en los ojos, soledad, insolación, cefaleas, cardiopatías, antiséptico, infecciones.

* Azul: Quemaduras, dolor menstrual, inflamaciones, hinchazón, garganta, fiebre, cefaleas.

* Indigo: Oídos, ojos, nariz, mente y nervios, negatividad, neumonía, para otorgar paz interior.

* Violeta: Tensiones, nerviosismo, cataratas y problemas visuales, trastornos mentales, tumores, cabello y cuero cabelludo, problemas para dormir.

* Blanco: Armoniza, protege, vitaliza.

Usted puede aplicar el color directamente sobre la zona afectada, pero en el caso de tratarse de órganos vitales, puede ser aplicado sobre los chakras correspondientes (ver apuntes chakras):

1) Chakra base (en la base de la columna vertebral): relacionado con la vitalidad en general, los esfínteres, los riñones, los intestinos y los órganos genitales.

2) Chakra sacro (entre el chakra base y el plexo solar): aparato reproductor.

3) Plexo solar (en la base del esternón): páncreas, hígado-vesícula, aparato digestivo, estados emocionales primarios (estados de ánimo).

4) Chakra del corazón (a la altura del corazón, en el centro del pecho): glándula timo, corazón, emociones elevadas -como el amor-, aparato circulatorio.

5) Chakra de la garganta: glándula tiroides, canal alimentario, problemas de comunicación, garganta, cuerdas vocales, amígdalas, aparato bronquial.

6) Chakra de la frente: glándula pituitaria, cerebro inferior, ojo izquierdo, orejas, nariz, sistema nervioso, pensamiento, operaciones mentales, concentración, memoria.

7) Chakra coronario (en la coronilla): cerebro superior, ojo derecho, glándula pineal.

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